El comienzo del filme parece no tener nada que ver con la sinopsis que se ofrece sobre el filme. La silueta de un hombre, en la oscuridad, ejecuta unos disparos a unos perros. Repite la acción y la cámara va directo a un plano secuencia que se introduce en una casa y encuentra allí a Lola teniendo relaciones con su actual pareja.
Pero Lola presiente que algo anda mal. Ella ha dejado al cuidado de su padre, Omar, a sus tres hijos, Alejo, Gus y Rosita. Sin embargo, sólo dos están en su casa. El abuelo Omar y Rosita salieron y no han regresado.
Luego de unas horas, denuncia policial de por medio, ambos aparecen, pero Lola tiene más preguntas que respuestas sobre qué ocurrió con su padre y su hija mientras estuvieron fuera y cada vez más dudas sobre el pasado de ese hombre que por momentos ejerce violencia verbal y casi física hacia su hija.
Las preguntas de Lola a Omar se suceden y las respuestas llegan a cuentagotas, a lo que se suman los sentimientos de frustración y culpa que los personajes principales no dejan escapar.
La tensión es lo que caracteriza al filme de Verónica Chen. La tensión del comienzo con la desaparición de Rosita, la tensión que existe en la relación padre-hija, la tensión de la hija sobre el pasado desconocido de su padre, y la tensión por la que pasa el espectador esperando respuestas tanto como la protagonista.
MERCEDES BENÍTEZ - mbenitez@labutaca.com.ar | @Mercyty
País: Argentina
Dirección: Verónica Chen
Protagonistas: Sofía Brito, Marcos Montes, Dulce Wagner, Javier Drolas, Luciano Cáceres
Duración: 96 minutos