Ficción callejera sobre un grupo de chicas skaters de Nueva York que dividen su vida entre el
refugio de las redes sociales, los diálogos íntimos entre amigas y las coreografías liberadoras en patineta.
La historia es llevada adelante por Camille, una joven de 18 años que ha terminado el colegio
secundario y decide tomarse el verano para ver hacia donde irá. Ella vive en Long Island y su
pasión por el skate hará que conozca a un grupo de chicas de Manhattan.
Los viajes a la ciudad a escondidas de su madre latina, la que no quiere que siga andando con la tabla, las relaciones de amistad con las otras chicas y particularmente con un joven de una banda rival, son el centro de esta fresca y renovadora historia de vida y amor, que es llevada con ímpetu y naturalidad por Crystal Moselle, su directora y una de las guionistas del film.
La liviandad de la realización hace que uno se olvide de donde está la cámara, que sigue
impetuosamente a este grupo de jóvenes cuyas habilidades con el skate son sorprendentes. Pero no queda ahí la cosa, ya que los climas que logra Moselle son impresionantes, particularmente la tensión sexual constante en el grupo de adolescentes, sus charlas y como está jugada la escena de cama y la de la fiesta, todo recordando un poco al cine de Larry Clark, pero sin ser tan gráfico.
Apoyada en una banda sonora espectacular por la selección de canciones que contiene, “Skate
Kitchen” es llevadera gracias a su protagonista, Rachelle Vinberg, quien entrega una actuación
muy justa y sentida. Todo un hallazgo.
País: Estados Unidos
Dirección: Crystal Moselle
Protagonistas: Rachelle Vinberg, Nina Moran, Ardelia Lovelace.
Duración: 105 minutos
JUAN PABLO ROUSSEAUX | @jeanpaulcine