Megan es una ex policía que tras un fuerte suceso deja la Fuerza. Adicta luego a los antidepresivos, es ayudada por su patrocinadora, por lo que consigue trabajo en el turno nocturno de la morgue del hospital de Boston
Megan es una ex policía adicta a las drogas. Ayudada por su patrocinadora, consigue trabajo en el turno nocturno de la morgue del hospital de Boston.
Ahí llega el cadáver de una joven brutalmente mutilado y quemado en partes. El mismo pertenece a
Hannah Grace, una muchacha a quien le estaban practicando un exorcismo.
La idea de la película es buena desde el principio y está bien llevada a cabo por el director, quien logra momentos de miedo y desesperación jugando con los silencios y planos que crispan los nervios. El problema radica en que el guión empieza a caer cuando presenta a un demonio super poderoso que combate a los vivos a la distancia y logra hacer lo que él quiera.
Hasta aquí todo en orden. Pero no se entiende el por qué se le perdona la vida constantemente a la protagonista, quien increíblemente llega hacia un final ramplón, totalmente inverosímil.
Actores y técnicos sumamente ignotos, en un film del que se esperaba más y que sólo entretendrá al público adolescente y a los fanáticos de la temática exorcista.
Dirección: Diederik Van Rooijen
Protagonistas: Shay Mitchell, Grey Damon, Kirby Johnson
Duración: 86 minutos
JUAN PABLO ROUSSEAUX - jpr@labutaca.com.ar | @jeanpaulcine