Juan y Mariano son hijos del actor y director Gustavo Garzón. Ellos nacieron con Síndrome de Down. Entre las cosas que debía establecer en la relación con ambos era cómo entenderlos y lograr que lo entiendan a él.
Con el correr del tiempo, los chicos plantearon su deseo de actuar. Luego de mucho tiempo de recorrer lugares relacionados a la actuación y su aprendizaje, a Garzón le llega una película actuada por personas con Síndrome de Down. En ella participaba un grupo llamado “Sin drama de Down”, liderado por el maestro Juan Laso. Y esto llevó al actor a anotar a sus hijos en la escuela de Laso.
Llevado por la curiosidad, Garzón le propone a Laso hacer una película que refleje la intimidad de sus clases y la preparación de la próxima película que hará con sus alumnos.
Además de las charlas desde donde surgen las improvisaciones, también hacen trabajos de relajación, práctica de yoga y danza terapia de la mano de Belén Cervantes López, quien llegó de España para trabajar junto a María Fux y ahora, cada martes va a la escuela de Laso para compartir en su tarea.
“Es el espacio mágico de la semana”, dice Juan, algo que probablemente también lo sea para los alumnos que han elegido esta escuela y que Garzón optó por mostrar en este buen documental, no sólo para contar una historia, sino para revelar que los deseos de quienes tienen capacidades diferentes, pueden conseguirse con el apoyo de quienes los rodean y de muchas otras personas dispuestas a ayudar a los demás.
MERCEDES BENÍTEZ - mbenitez@labutaca.com.ar | @Mercyty