Facundo Arana presentó su segundo libro, “Los Trapecistas” en la segunda jornada de la Argentina Comic Con. Se trata de un cómic ilustrado por Juan Carlos Quattordio y escrito por Arana.
En el texto de la contratapa del libro, el actor detalla: “Con Juan Carlos Quattordio (Fierro, Sexhumor, etc.) nos conocimos hace más de diez años y enseguida nos unió ¬¬–entre otras cosas que fuimos descubriendo después– la pasión por la historieta. El relato que vas a leer, una historia de amor enmarcada en un thriller paranormal en Buenos Aires, es nuestro primer libro juntos. Lo que va a fascinarte de esta historia es que vas a sentirte extrañamente representado. No insistas. No vas a poder escapar. La sensación de estar acompañado en la más absoluta soledad. Esa mariposa blanca o el colibrí que aparece en el momento justo. Acordate: no vas a querer escapar”.
Facundo Arana contó a su relación con las historietas: “No se puede de grande querer ser fanático de la historieta y vivir en el mundo o en el universo de la historieta. Eso no ocurre, porque la puerta se cerró. No se puede pretender de grande decir: `ah, que linda la historieta, me hago fanático´ y entrar a ese universo. Esa puerta se abre cuando uno es niño o un adolescente. Para todos los que fuimos un niño muy solitario y nuestros padres decían: `che, me preocupa que esté tan solo…´. Pero no entendían que nosotros entendíamos lo que era Nippur y la gente decía `qué, qué, qué es eso´. Y nosotros sabíamos lo que era volar. Y no necesitábamos movernos de dónde estábamos sentados leyendo una historieta. No necesitabas irte a otro planeta para entender lo que es estar en el espacio”.
Para Facundo, “esto es un dulce homenaje a aquél niño y al pre adolescente que fui, en esa soledad de madrugada que se metía desaforadamente a vivir cada una de esas historietas. Que saltaba de “Mi novia y yo” a “Nippur”, de “Nippur” a “Dennis Martin”, y se metía en “El Eternauta”. Y agrega que, para él, “nunca va a morir la historieta si hay una persona sentada leyendo, porque es el último bastión en el que la fantasía hace que nosotros seamos todo el tiempo mejores, mejores y mejores”.
Luego llegó el momento de las anécdotas. Arana recordó cuando debían dibujar a una persona empuñando un arma. Le mostraron una publicación española que decía cómo hacerlo y Facundo no estaba convencido. Así que mandó unas fotografías con sus propias manos y le dijo al dibujante Quattordio: “Juan, yo hice una carrera haciendo así…”, en referencia a la pose que solía hacer en las novelas policiales.
También se refirió a las dudas que tuvieron con las onomatopeyas. “A mí nunca se me ocurrió que había que ponerle letras al sonido de una pisada. ¿Cómo se escribe …? -y hace el sonido de aplastar-. Y estuvimos dos días pensando cómo escribirlo”.
“Estoy sorprendido todavía de tener cerca a quienes estuvieron en una época de mi existencia, cuando ellos eran muy jóvenes y yo era un niño, y cuando todavía eran muy jóvenes y yo ya era un adolescente. Me acompañaron cuando yo necesitaba una aventura para estar vivo. Ellos ilustraron y escribieron la mejor compañía que puede tener un niño, que es una muy buena aventura escrita con amor para que te vayas a dormir a la noche”, finalizó el ahora escritor.