Tres almas casi en pena deben pasar las vacaciones escolares en el edificio de la institución. Un profesor, un alumno y una cocinera, de la mano del director Alexander Payne, pasarán esos días en compañía, sin desearlo ni pedirlo.

Paul Hunman (Paul Giamatti) da clases de historia en un colegio de Boston y sus alumnos y compañeros y por qué no, directivos de la escuela, no tienen una gran relación con él. O directamente, no tienen relación con él. Esto hace que sea el elegido para reemplazar a un colega ante la necesidad de que un adulto deba permanecer en la escuela como responsable de quienes se queden sin poder visitar a sus familiares durante el receso navideño. Angus Tully (Dominic Sessa), estudiante, a punto de irse a su casa materna, se entera que ya no será ese su destino, sino que su madre prefiere una luna de miel con su nueva pareja antes de ver a su hijo durante las fiestas de fin de año.

Mary (Da´Vine Joy Randolph), la cocinera de la escuela, perdió a su hijo durante la guerra de Vietnam y ya no le encuentra sentido al festejo anual.

Los tres, a su manera, se acercarán para compartir esa soldad que la vida les ha traído, sin esperarlo unos o como elección otros.

La relación entre el joven y el maestro se va haciendo más estrecha a medida que pasa el tiempo y ambos, con secretos incluidos, ya sean familiares o laborales, se entregarán al camino que los lleva al destino, quizás, impensado.

“Los que se quedan” no pretende cambiar sentimientos o costumbres de los personajes con el correr de los días –en el filme – y/o metraje – en la duración de la película -, sino que afianza el carácter de cada uno de los protagonistas para que no se transforme en una mera ficción sobre personas con conflictos que se conocen y curan sus heridas.

MERCEDES BENÍTEZ - mbenitez@labutaca.com.ar | @Mercyty