Mazel Tov, es la nueva película protagonizada y también dirigida por Adrián Suar que se sumerge en los lazos familiares, relaciones no resueltas y las tradiciones culturales y religiosas.

La historia sigue a Darío Roitman (Suar), quien vive en Estados Unidos y regresa a la Argentina para asistir a la boda de su hermana Daniela (Natalie Pérez). Pero los planes podrían cambiar cuando le avisan que su padre falleció.

La película se equilibra entre la comedia y el drama incluyendo situaciones propias de la comunidad judía que se pueden trasladar a cualquier otra religión o cultura y que encajarían perfectamente en cada situación.

El guión, escrito por Pablo Solarz, se enfoca en la complejidad de las relaciones familiares que se dan con el paso del tiempo y con la distancia física y tal vez, la distancia emocional. Todo ello puede desgastar los vínculos, pero también existe la posibilidad de que los sentimientos continúen, ocultos, hasta que llegue el día de (de)mostrarlos,

En Mazel Tov, las tradiciones culturales son un eje central para la narrativa y los conflictos que enfrentan los personajes, enmarcadas en el contexto de la comunidad judía argentina, que se reflejan en momentos clave como el Bat Mitzvá y las costumbres asociadas al duelo por el fallecimiento de un ser querido. Son instancias en las que los personajes deben enfrentar sus diferencias y repensar la importancia de los valores que comparten. El Bat Mitzvá no solo representa un rito de paso para la joven, sino también un recordatorio para el protagonista, Darío, de las raíces que dejó atrás y las expectativas familiares que aún lo persiguen.

Estas tradiciones subrayan las brechas generacionales y culturales. Para algunos personajes, representan una fuente de orgullo e identidad; para otros, una carga o una barrera. Sin embargo, a medida que avanza la historia, esas tradiciones también funcionan como un punto de conexión y sanación, permitiendo que los protagonistas encuentren un terreno común y resignifiquen su lugar en la familia.

Esas reacciones generan dinámicas interesantes que impulsan la trama, mostrando cómo las tradiciones pueden ser tanto un punto de unión como de discordia.

Mazel Tov tiene momentos de profundidad emocional y de comedia conflictiva familiar y cae en algunos clichés. Sin embargo, resulta efectiva especialmente en las escenas más íntimas entre los protagonistas.

El elenco incluye, además de Suar y Pérez, a Fernán Mirás y Benjamín Rojas, ambos con actuaciones insertas dentro de una gama de matices que van del humor hasta el drama que da inicio al filme.